Ilustración; Natalia Riquelme |
Quien fuese lepisma para entrar en el espectáculo
de tus húmedas oscuridades y rincones de morada.
Recorriendo la geometría de tus consuelos,
siendo capaz de apurar lunas y urdir planes
para, con bolígrafo y papel,
dar esquinazo al
universo de los pretextos
sin escurrirme en tu amanecer muriendo ante ellos.
Quizá fuese oportuno perecer en tus ordalías;
¿un fin de los días rodeado de indescifrables manuscritos?
Los de mis cartas sin rumbo,
caligrafías de mi esquela son.
En tu manuscrito Voynich
mis (d)años por otoños
sonaron a acordeón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario